Desnudos, sin atrezzo ni guión, así salieron a recoger el premio del público vallisoletano los actores Terele Pávez y José María Pou. El también director y productor confesó ser su actuación más sincera, sin tener que buscar más verdad que el agradecimiento espontáneo del alma. «Ojalá pudiera enviar un globo con la palabra gracias que recorriera Valladolid», dijo el responsable de 'La cabra'.
Pávez y Pou recibieron ayer, en el Meliá Recoletos, los premios que cada año otorga Amigos del Teatro en reconocimiento de los mejores trabajos vistos en los escenarios vallisoletanos durante el último año. Ambos convinieron en pedir su admisión como 'hermanos' de esta asociación que les premia desde el patio de butacas. En la categoría del teatro aficionado, Amigos del Teatro otorgó su premio Ángel Velasco Montoya, en recuerdo de su fundador, a la Compañía Asturiana de Comedias, por sus 95 años de trayectoria artística. Su actual director, Eladio Sánchez, fue el encargado de recogerlo.
1,95 metros de actor
Terele Pávez, nacida en una familia de artistas, escuchó con una media sonrisa, toda una vida de trabajo que fue desgranando Ángel María de Pablos, quién obvió el año de nacimiento. La Régula de 'Los santos inocentes', la viuda a las órdenes de Álex de la Iglesia o de Bigas Luna, demostró su carácter y antes de los agradecimientos aclaró que aquella joven que se puso tras la cámara por primera vez a los 12 años con Berlanga ('Novia a la vista') ha llegado a los 71 trabajando. Los Amigos del Teatro la han premiado por su trabajo en '¡¡¡Mamááá!!!' (Teatro Zorrilla) y la también célebre por su interpretación de 'La Celestina' comentó las dificultades que persiguieron a ese montaje. «Ha sido una obra con muchos problemas, luchamos tanto y al final no quedamos satisfechos. Así que este premio ha sido como ratificar eso de que 'no hay esfuerzo sin recompensa'», dijo la actriz quien quiso compartir el galardón con el equipo y su hijo, allí presente. «Me han hecho muy feliz».
'Los chicos de historia' es el montaje con el que José María Pou, actor, director y traductor del texto, emocionó al público que ahora le premia en el Teatro Calderón. Este 'animal escénico', según De Pablos, recordó que desde su debut pudo decirse de él que era «un actor de altura», por su metro noventa y cinco. «He recibido muchos premios pero este es muy especial. Gracias por dejarme formar parte de su familia. Desde que me subí a un escenario he oído a mis maestros hablar del público de Valladolid. Lo de venir a trabajar aquí era como graduarse, si te aplaudían aquí la obra funcionaba», contó Pou. «Además de tener la suerte de haber vuelto aquí, me acompañan dos de mis ángeles desde los setenta, Terele y Fernanda D'Ocon».
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