Carcajadas de la aldea
La «Compañía Asturiana de Comedias» se gana un lugar estelar en el cartel teatral de la semana grande, con la representación de «La trastá», en Pumarín-Sur
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Gijón, Raquel NOGUEIRA
En 1920 surgió, en lo más profundo del Principado, un grupo de actores amantes del teatro: la «Compañía Asturiana de Comedias». Casi noventa años después es uno de los pocos grupos teatrales tradicionales que sigue en activo en España. Y hoy estrenan su nueva representación teatral, «La trastá», de Arsenio González, en el Centro Municipal Pumarín Gijón-Sur. «Trata de un paisanín de la aldea que disfruta viviendo en la naturaleza, rodeado de paz y tranquilidad», explicaba ayer el autor y actor Arsenio González, durante el último ensayo general. «Pero todo se acaba cuando encuentran carbón en sus tierras. El protagonista, entonces, empieza a hacer "trastaes" para que le dejen en paz». «Lo que vamos a intentar es recordarle a la gente lo que es sonreír, que en estos tiempos de crisis hace mucha falta», comenta el actor Armando Felgueroso.
Llevan desde principios de mayo ensayando la obra de teatro para que hoy todo esté a punto. Sus actuaciones son un clásico de la semana grande, que siempre consiguen pleno en el teatro Jovellanos y vayan donde vayan. Este año las reformas en el teatro gijonés «nos han perjudicado bastante», explica el director y actor Eladio Sánchez, «porque el centro municipal es mucho más pequeño, está más a desmano y muchos de nuestros espectadores más fieles no saben que actuamos ahí, a pesar de toda la publicidad que se ha hecho». «Si llenamos los cuatro días en Gijón Sur será como si llenásemos uno solo en el Jovellanos», añade Josefina García.
Todos y cada uno de los nueve miembros del reparto de la Compañía Asturiana de Comedias llevan el teatro en la sangre. Para ellos todo esto es vocacional. «Somos un grupo amateur sólo porque no estamos inscritos como profesionales», explica Eladio Sánchez, «pero para nosotros esto no es un mero pasatiempo sino que es una forma de vida. Somos una pequeña familia».
Una pequeña familia que se emociona cuando habla de teatro. Como Arsenio González: «Estamos muy satisfechos de lo que hacemos. Cuando acaba una actuación y el público te aplaude, sales del escenario, siguen aplaudiendo y tienes que volver a salir... eso es lo que nos importa, que el público disfrute. Porque eso nos hace disfrutar a nosotros también».
Muchos empezaron de casualidad, otros por tradición familiar -como es el caso de Norberto Sánchez, hijo de Eladio y la actriz Pilar Ibaseta- o simplemente porque decidieron buscar trabajo en la Compañía. Los inicios son variados pero todos tienen la misma misión: interpretar cada obra con sentimiento y con ganas de pasárselo bien para transmitírselo al público. Y todos los años lo han logrado.
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