BODAS DE PLATA DE LA COMPAÑÍA ASTURIANA DE COMEDIAS por Arsenio González

Con motivo de nuestro aniversario, nuestro compañero que como sabéis además de actor, es escritor escribió estos versos alusivos. A los teatreros de la Compañía nos gustaron mucho, e incluso alguno dismuladamente soltó una lagrimita. Por eso creemos que debemos compartirlo con vosotros.
¡Qué os preste!

BODAS DE PLATA DE LA COMPAÑÍA
ASTURIANA DE COMEDIAS.


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Era el mil novecientos ochenta y seis,
en un día de Abril, ya muy lejano,
nació este grupo, mirar, ¿nos conocéis?
alguno ya presume de pelo cano.
Pusimos “Los rapazos cantariegos”,
luego “Los figos de San Miguel”,
fueron estos dos cuentos tempraneros
con los que hicimos el primer cartel.
Rematamos treinta y siete montajes
con actuaciones cercanas al millar,
llenamos de risas los paisajes
y la gente que nos vieron actuar
compartió con nosotros la premisa
que llevamos escrito en nuestro emblema:
repartir a manos llenas la risa,
que pone freno a cualquier problema
Ya muy largo se hizo nuestro camino
y alborozada resuena una campana,
¡bodas de plata! anuncia con su trino,
fiesta celebra la Compañía Asturiana.
¿Nos conocéis? Mirad, somos nosotros.
Unos con experiencia y veteranos,
otros con pocos años, como potros
llenos de vida, de ilusión, ufanos
por coger el testigo. En los ensayos,
encadenando frases y emoción,
nos hicimos camaradas y tocayos
y aprendimos a pedir y dar perdón,
porque estamos unidos, enzarzados
en un sueño de ficción entero
del teatro, locos enamorados,
donde ganamos todo, menos dinero.
Ya sabemos de todos, los pecados,
los malos genios, los gustos, las rarezas,
nuestros recuerdos se hicieron alargados
y en ellos hay mas risas que tristezas.
A veces, en silencio, alguno deja
su brazo sobre el mío recostado.
Hago con él una dulce madeja
y doy las gracias, aunque quede callado.
Ahora, ya podemos mirarnos,
conocer nuestro estado sin hablar,
en las penas comunes, consolarnos
y, sin esperar a que te pidan, dar.
Estrenamos comedia en los veranos,
explotamos un año cada montaje,
el primer paso, siempre en el Jovellanos
para después recorrer el paisaje
de Asturias, por todos sus rincones
importantes o lujosos los espacios,
como un Tenorio que reparte pasiones
en una humilde choza o en lujosos palacios.
Pero siempre, lo mas extraordinario,
lo que nos da valor, antes y ahora,
nunca lo medirá el escenario,
siempre será la gente espectadora,
que nos encumbra y piensa diferente
a los que ponen nuestro teatro en el ocaso.
Entre los críticos y nuestra amada gente,
tenemos claro a quien hacemos caso.
¡Armaros de valor, mozas y mozos!
¡Sereís el relevo del mañana!
¡Para que nadie interrumpa los gozos
que regala la Compañía Asturiana !

 Arsenio González. Abril 2011

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